Ratatouille (2007) por TOOLTOBAR

Traigo a tema esta película de animación, ya que muchas veces nos encontramos con producciones de este tipo que fuera de los efectos súper realistas, no ofrecen mayor cosa, sus historias son sosas no logrando la afinidad y la compenetración que idealmente deben poseer con los espectadores.

Remy es una rata que viven en las afueras de la espectacular ciudad de París, comparte con su familia las costumbres y tradiciones de siempre, comer, andar entre basura, en cuatro patas; sin embargo Remy tiene la fascinación por la comida, su sueño es ser un gran cocinero, disfrutar la comida haciéndola un arte, inspirado en gran parte por el Chef Gusteau quien con su lema “Tomo mundo puede cocinar” abona al sueño de la rata de estar haciendo lo que más le gusta.

Luego de un alborotado hecho, Remy para en el famoso restaurante del Chef Gusteau, presentándose una inmejorable oportunidad para demostrar sus habilidades; sin embargo enfrentará situaciones desconcertantes como el prejuicio y el desagrado que significa que una rata esté en una cocina o que peor aún, meta sus patas en algún caldo para sazonarlo.

Frente a esta situación adversa se desarrolla la historia del pequeño chef, y alrededor de él personajes que ayudarán, complicarán y transmitirán un mensaje significativo, universal y retador para ellos y para nosotros mismos como espectadores.

El concepto de familia plasmado en Ratatouille es genial, de ésas que muchas veces renegamos y no estamos de acuerdo con su forma de actuar, pero que al fin son familia y están con nosotros en cualquier momento. El desarrollo de cada uno de los personajes, rondando lo genial. El inhumano y rígido crítico Anton Ego (Con la voz original de Peter O’Tool) que es el desencadenante, desde mi punto de vista, de lo que la cinta quiere proyectar.

La historia, punto muy rescatable, debido a la participación de Brad Bird quien ha estado en otros proyectos muy recordados dentro del cine de animación como los increíbles y el gigante de hierro y aunque no se puede comparar con tramas de animación mucho más complejas, queda demostrado que una producción infantil puede ser inteligente y precisa narrativamente, dejando de un lado las ideas vacías y huecas para otras producciones.

Ratatouille ofrece un balance que hay que reconocer, muy buenas animaciones, excelente dirección y una historia atada donde hasta el más pequeño papel genera identificación. Cuando fui al cine a ver esta película, fui como todo un Anton Ego, pero tengo que reconocer que al final gracias a esta fórmula sencilla y balanceada, terminé desarmado. Recordemos que “todos pueden cocinar”.