The Wrestler (2008) por TOOLTOBAR
Del director Darren Aronofsky,
noto en muchos de sus trabajos la capacidad para poder adentrarnos en los
personajes que caminar y vagan por sus historias, hay un peso importante en el
hecho de meternos y ser casi que ese personaje y, en consecuencia, terminar
amando, odiando o como mínimo intrigados por las acciones o decisiones que
éstos toman dentro de las historias.
Y es que sólo basta con recordar
el extraño y mórbido amor de Marion y Harry aderezado con drogas en la
descabellada “Requiem for a Dream” o adentrarnos en la mente de Max para
descubrir un complot en medio de su locura en “Pi: El Orden del Caos” o ver a
Nina obsesionarse tanto en su profesión en “Black Swan”, en realidad son interpretaciones
de personajes intensos, todos dentro del estilo ya característico de este
director.
Para el caso, esta formula vuelve
a aparecer en “The Wrestler” un drama que gira en la figura encarnada por el
gran Mickey Rourke y siempre que pienso en su interpretación, es inevitable
pensar que al encargado de hacer el casting y seleccionar a este actor como
protagonista, se le debió haber premiado porque en realidad es una actuación monumental
en muchos niveles.
Como mencioné, la historia se
centra en Randy “The Ram” Robinson (Mickey Rourke), un peleador de lucha libre
avejentado, venido a menos, luego de varios años dedicados a la profesión;
siendo famoso en la década del 80; pero como es de esperarse también apagado
por la misma dinámica voraz del negocio. Actualmente vive de lo que hizo en
esos años.
Su estilo de vida desordenado y
caótico no le permitió asentar mayor proyecto ya que se dedicó de lleno a
despilfarrar todas las ganancias obtenidas en esos años y dedicarse a vivir el
día a día, derrochando el dinero en cualquier cosa que se ocurriera. El
reconoce en cierta manera que esta pagando todo el despilfarro de su vida alocada,
sin embargo, también reconoce que la lucha es prácticamente lo único que puede
hacer y donde por lo menos se siente más cómodo y menos vulnerable, en este
mundo es el gran “Ram” mientras que afuera es prácticamente un desconocido.
En este ocaso de su carrera acepta
todo tipo de peleas, incluyendo algunas que le significan mayores daños físicos
o pagas miserables luego de tanto esfuerzo; sin embargo, le surge la
oportunidad de un evento grande que le supondría relativa estabilidad económica:
La celebración de los 20 años de la épica lucha entre Randy “The Ram” Robinson
y el despreciable iraní “The Ayatollah” evento que aún es comentado a la fecha.
En una pelea previa Randy sufre un colapso y los médicos le recomiendan ya no pelear ya que su corazón no podrá soportar ese ritmo de vida, en ese momento termina de caer en cuenta que no es inmortal, que no es “The Ram”, sino que Robin, y que en cierta manera el inevitable e implacable ciclo de vida le está pasando factura.
En ese momento, deberá decidir
qué hacer, si retirarse de la lucha y seguir en su trabajo en un supermercado
donde tiene que aguantar a su frustrante jefe y a la manada de clientes que
debe atender a diario. Además, buscará acercarse a Stephanie (Rachel Wood) su
hija, con quien tiene una relación de amor-odio porque prácticamente la ha
tenido en abandono. Entre estas decisiones se encuentra Pam (Marisa Tomei) una veterana
bailarina de club nocturno quien representa para Randy el cobijo o lo más
cercano a una relación estable.
“The Wrestler” narrativamente es
extraordinaria, trata muchos temas por demás interesante y que dan un toque más
intenso y dramático a la historia, así veremos que nuestro protagonista a pesar
de conocer a muchas personas dentro del ámbito de la lucha, en realidad es alguien
bastante solitario; asimismo se plantea el peso que debe acarrear por las decisiones
que en su momento se toman.
Mickey Rourke hace un papel increíble, un personaje enorme, casi como una especie de antihéroe el cual está ubicado en muchas escenas que estoy seguro que quedarán grabadas por su intensidad y emotividad, bastantes crudas y realistas, reacciones muy humanas y no sólo en el caso de Randy, sino cada uno de los demás personajes, cada uno desde su óptica, necesidades, intereses y expectativas.
Interesante además la forma como se plantea el mundo de la lucha libre, fuera del deporte, el drama que se vive como en cualquier negocio y la forma como el director lleva la historia dentro de este contexto casi documental donde surge la figura irónica de “Ram” el héroe y humano.
Excelente, sin palabras,
impactante; recomendando, de entre muchos momentos, la secuencia final que
arranca con la canción “Sweet Child O´mine”, ¡una secuencia como muy pocas he
visto! Por cierto, toda la película tiene una ambientación de música nostálgica
de Glam y Hard Rock ochentero que le dará un toque especial.
Grande “The Ram”… quien sólo se
dedica a hacer su trabajo, lo suyo, tiene que salir!
TOOLTOBAR
THE WRESTLER
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