1917 (2019) por TOOLTOBAR
En el mundo de cine, hay muchas
películas que nos conectan de inmediato, son apasionantes o entretenidas, y
podemos sentir que las horas se convierten en minutos, la mayoría de éstas nos
ubican como público fuera de la historia, apreciando los hechos tal cual seres
divinos que disfrutamos o sufrimos de lo que les pasa a los protagonistas de la
historia; y sin más que decir, son monstruos y clásicos del cine, ¡verdaderas
obras de artes!
Sin embargo, hay propuestas que
buscan adentrarnos en la historia, que formemos parte de ella y generalmente
estas producciones nos hacen sentir el choque, incomodar o meternos en la angustia,
tensión u otras emociones, ya que, por regla, estos trabajos atacan o van a esa
línea: la emocional.
Partiendo de esto… Qué película
para desarmarte es 1917, el más reciente trabajo del admirado Sam Mendes, una
cruda reflexión acerca de los conflictos y la guerra, un enfoque que mezcla la
belleza y el prodigio de la producción con lo cruel, crudo y casi insensible
que pueden llegar a ser estos eventos históricos; una tremenda mezcla de emociones
entre la depresión o la euforia, entre el caos y la tranquilidad, entre la
belleza y lo grotesco. Eso puedo imaginar que es la guerra y en definitiva es
lo que intenta transmitir 1917.
Pero vamos por partes: Admirado
Sam Mendes, porque fue el responsable de una película que me marcó e impactó en
todo aspecto: American Beauty (1999), en realidad el director dejó ver ese aspecto
prodigioso para la dirección, la belleza americana tiene una cantidad de
momentos sublimes en todo aspecto, desde las actuaciones, diálogos, humor
negro, la construcción de los personajes, el guión, la fotografía, sonido, y
podríamos seguir, una película integral a mi forma de ver y es por esta razón
que siempre tendré presente a este talentoso director dentro de mis favoritos.
La historia de 1917 es
extremadamente sencilla, tenemos a Blake (Dean-Charles Chapman) y Schofield
(George McKay) dos cabos del ejército británico en la primera guerra mundial a
quienes se les asigna una peligrosa y vital misión de llevar un mensaje clave al
segundo batallón del regimiento de Devon, quienes están a punto de entrar en una
trampa tendida por el ejército alemán. Si el mensaje no llega a tiempo, muchos
de sus compañeros británicos morirán y dentro del regimiento de Devon, se
encuentra destacado el hermano de Blake, razón por la cual es aún más
importante llevar el mensaje que significaría salvar la vida de su familiar y
asimismo de miles de soldados.
Nada fuera de este mundo verdad… Dos
soldados que parten de un punto con un objetivo definido y claro, llegar a su
destino; no hay dónde perderse y sí, a lo mejor a primera lectura pudiera
parecer hasta aburrido.
¡Error! Entre esa aparente
historia trillada, tenemos una obra espectacular, que luego de verla te deja
con una serie de cuestionamientos muy bien planteados a través del cuido de
cada detalle dentro de la realización de la película, es que es indescriptible
la construcción emotiva o la carga que lleva 1917.
Lo primero que puedo mencionar y
que es innegable su impacto, es el aspecto de utilizar el recurso de enormes
planos secuencias dentro del desarrollo de la historia, si bien es cierto que hay
trabajo de edición; pero 1917 está planteada de tal manera que toda la película
pareciera que está hecha en una enorme y gran toma… ¿Cuál es el efecto? desde los
primeros minutos estamos dentro de la historia, estamos caminando con los dos soldados,
en unos minutos nos comprometemos con la misión, en unos minutos estamos en una
montaña rusa de sentimientos que ocasiona el caminar por un desolado campo,
pero sabiendo que en unos minutos puede cambiar la situación, en un momento a otro
podríamos morir, tocará correr u ocultarse para seguir contando la historia (Con
esto último, basta ver la secuencia final).
Las actuaciones he escuchado comentarios
de que no logran cuajar, o no se logra saber mucho de los personajes, que hay
poco trabajo en la construcción en ellos; sin embargo creo que es una forma en
la cual logramos ser ellos, es una jugada intencional, ya que no creo que un
director de la talla de Mendes dejara pasar por alto; el objetivo es sentir esa
angustia, ese temor, esa agonía, esos momentos de reflexión, no de Blake o de
Schofield, sino de cada uno de nosotros en el caso estuviéramos en una
situación similar; bajo ese enfoque, lo personajes a mi gusto se vuelven
entrañables y de gran impacto… les invito a realizar ese ejercicio con la
película, ¿qué hicieras al tener enfrente a alguien que sabes que va a morir? ¿qué
sentirías si sólo escuchas pasos siguiéndote en las noches, pensando que pueden
ser enemigos que te buscan para matarte?, ¿qué sentirías si acabas de salvarte
de la muerte y recuerdas en ese momento a tus seres queridos? ¿Qué sentirías si
en medio del caos y la muerte, tiene la oportunidad de encontrar un depósito
lleno de leche fresca? Si hacemos ese ejercicio, los personajes son de una
dimensión como en pocos casos los he visto.
Junto con esto, otros aspectos
que están siempre en función a crear esta sensación, la fotografía, la música,
que dan el toque justo, balanceado, exacto, sin saturar; sabiendo que, en los
momentos adecuados, hay que guardar silencio, hay que ser lentos en los
movimientos de cámara, o en otros hay que sentir que vamos corriendo, que nos
falta la respiración, que tenemos la agonía de sobrevivir el momento nada más.
No dudo en recomendarla haciendo la observación que, si la vemos, pensando en una historia típica de la segunda guerra mundial, o del vietnam de heroísmo, violencia extrema o nacionalismo extremo, a lo mejor será una película un tanto extraña, pero tomando en cuenta estos otros enfoques y recursos, es en realidad una película que te deja impactado. Qué cruel es la guerra y no me refiero exclusivamente a la muerte como tal, sino todo lo que merodea alrededor de ella.
¡Una maldita gran cosa 1917!
TOOLTOBAR
TRAILER 1917
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